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James Braid y el hipnotismo

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James Braid nace el 19 de junio de 1795 en Portmoak, Escocia, y cursa sus estudios de medicina y cirugía en la Universidad de Edimburgo.

Comienza trabajando en Escocia por un corto período de tiempo, para trasladarse después a Mánchester en 1841, donde trabaja como cirujano en las minas de Lancashire y después como cirujano oftalmológico y médico general.

James Braid encarna la transición clara del mesmerismo (con el que comienza) al hipnotismo (con el que termina), aunque algunos historiadores le sitúan un paso más adelante, es decir entre el hipnotismo y la hipnosis.

Lo cierto es que su figura encarna la desaparición de una época marcada por el magnetismo animal mesmérico, con un fuerte contenido místico y esotérico, y el advenimiento de otra marcada por la hipnosis, mucho más empírica y ortodoxa.

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Braid se interesa por la hipnosis a través de una sesión de demostración sobre magnetismo del por entonces más que popular Charles de Lafontaine en Mánchester, de la que obtuvo una impresión bastante desfavorable, sin embargo su curiosidad médica le hace indagar con más precisión, sin otro objeto que demostrar con causa probada que aquello que había presenciado se trataba de una simple superchería.

No obstante, regresa una semana después al teatro con objeto de ver la representación de Lafontaine con ojos más críticos, y se apercibe de que los participantes son incapaces de abrir los ojos. James Braid toma esta observación como punto inicial de su investigación.

Comienza leyendo al Abate Faria por lo que parte de un inicio crítico con el mesmerismo, y siguiendo sus indicaciones, le presta una especial atención a la fijación de la mirada, comenzando a experimentar con ello, e implicando amistades y familia. No obstante, el hecho fortuito de que uno de sus pacientes quedase fascinado por la llama parpadeante mientras esperaba, terminó por convencerle de que ese era el camino a investigar.

Al segundo año de investigación publica su primer libro «Neurypnology: o Rationale of Nervous Sleep» en 1843, donde expone sus puntos de vista y reconoce abiertamente que su punto inicial de partida (magnetismo mesmérico) no tenía sustento científico, por lo que se enfrenta a la ardua labor de re-nombrar y clasificar la fenomenología en su conjunto.

James Braid se inicia en el hipnotismo

James Braid y el hipnotismo

En este punto, es cuando la relevancia de James Braid se convierte en historia.

Acuña y hace suyas las palabras «hipnosis«, «hipnotizar» e «hipnotizador«, añadiendo sus observaciones científicas donde aduce que la hipnosis producía un «sueño nervioso» con el que encontraba grandes diferencias respecto del sueño ordinario, coincidiendo una vez más con el Abate Faria, pero reconoce que a la vista de observador inexperto, podría parecer que el cliente se encuentra dormido, por lo que tras largas consideraciones decide re-nombrarlo con el nombre del dios Hypnos (dios del sueño).

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También reafirma las teorías del Abate Faria respecto a la forma de producir este «sueño nervioso» mediante un pequeño objeto brillante que se debía sostener a dieciocho pulgadas por encima y delante de los ojos. Braid entendió que la inducción de la hipnosis se producía por el exceso de ejercicio de los músculos oculares al forzarle en la observación de este objeto brillante: «La incapacidad del paciente para abrir sus ojos fue causada por la paralización de los músculos elevadores de los párpados, a través de su acción continua durante la mirada fija prolongada, y por lo tanto, es físicamente imposible para él abrirlos» (Braid 1843).

Al mismo tiempo deja meridianamenete claro a sus lectores que hipnosis y mesmerismo eran elementos completamente diferentes sin relación posible: «con el término hipnosis, o sueño nervioso, me refiero a una condición peculiar del sistema nervioso, en la cual puede ser invadido por artilugios artificiales, y que difiere, en varios aspectos, del sueño común o la condición de vigilia. Niego que esta condición sea inducida por alguna transmisión de una influencia magnética u oculta de mi cuerpo a la de mis pacientes» (Braid 1850).

En posteriores publicaciones James Braid llega a aportar su experiencia propia sobre la hipnosis

«Se dice comúnmente que ver es creer, pero sentir es la verdad misma. Por lo tanto, daré el resultado de mi experiencia de hipnosis en mi propia persona. A mediados de septiembre de 1844, sufrí un ataque muy severo de reumatismo, que implicaba el lado izquierdo de mi cuello y el pecho, junto con el brazo izquierdo. Al principio, el dolor era moderadamente intenso y tomé algunos medicamentos para eliminarlo, pero, se volvió cada vez más agresivo, atormentándome durante tres días. El dolor era tan insoportable que me privó completamente del sueño durante tres noches sucesivas. Bajo estas condiciones resolví probar los efectos de la hipnosis. Solicité a dos amigos, que estaban presentes, y que entendían el sistema, que observaran los efectos y me despertaran cuando hubiera pasado el tiempo suficiente, con la seguridad de que me prestarían una atención estricta. Me senté e hipnoticé, extendiendo mis extremidades. Al cabo de nueve minutos, me despertaron y para mi grata sorpresa, estaba bastante libre de dolor, pudiendo moverme con perfecta facilidad» (Braid 1850).

Otras aportaciones sorprendentes de Braid sobre la aplicación de la hipnosis a sus pacientes, alcanzaría fama internacional: «Mi paciente antes de ser hipnotizada, no podía distinguir entre las columnas de texto y las columnas publicitarias de un periódico. Sin embargo, después de haber sido hipnotizada, en pocos minutos pudo leer los titulares y el texto del periódico. Al día siguiente, cosió un sombrero, enhebrando la aguja sin la ayuda de sus gafas» (Braid 1850).

La influencia de James Braid en la hipnosis

La influencia de James Braid sobre la hipnosis es simplemente revolucionaria, logrando un hito que le concede un lugar permanente en la historia.

Se puede hablar sin temor al error, de dos etapas diferenciadas, antes y después de James Braid. Anterior a él el mesmerismo y posterior a él la hipnosis sin posibilidad alguna de retroceso.

Igualmente su contribución al empirismo de la hipnosis, especialmente en el ámbito médico resulta impagable, lo que resumimos en el siguiente esquema:

James Braid y el hipnotismo
  • Desacredita de forma definitiva el mesmerismo y reafirma al Abate Faria respecto a que tales prácticas carecían de cualquier sustento científico.
  • Re-nombra y define los nuevos conceptos de la hipnosis, incluyendo este nombre genérico para la disciplina.
  • Comienza a definir las aplicaciones médicas y biológicas de la hipnosis con el conocimiento científico a su disposición.
  • Aporta las primeras evidencias clínicas que más tarde se convertirán en el empirismo de la hipnosis.
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Preguntas frecuentes sobre James Braid

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Referencias

  • Tefikow S., Barth J., Maichrowitz S., Beelmann A., Strauss B. y Rosendah J. Efficacy of hypnosis in adults undergoing surgery or medical procedures: A meta-analysis of randomized controlled trials. Clinical Psychology Review 33 623-636 (2013).
  • Vanhaudenhuys A., Laureys S. y Faymonville M.E. Neurophysiology of hipnosis. Neurophysiologie clinique. Clinical Neurophysiology (2014).
  • Jensen M.P., Jamieson G.A., Lutz A., Mazzoni G. et al. New directions in hypnosis research: Strategies for advancing the cognitive and clinical neuroscience of hypnosis. Neuroscience of Consciousness 1-14 (2017).
  • Jensen M.P., Adachi T., Pires C., Lee J., Osman Z. y Miró J. Mechanisms of hypnosis: Toward the development of a biopsychosocial model. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 63 34-75 (2015).
  • Fine C.G. Cognitive behavioral hypnotherapy for dissociative disorders. American Journal of Clinical Hypnosis 54 331-352 (2012).
  • Faymonville M.E., Boly M. y Laureys S. Functional neuroanatomy of the hypnotic state. Journal of Physiology 99 463-469 (2006).
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