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Hipnosis, sugestión y sugestionabilidad

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La sugestión y la sugestionabilidad es posiblemente uno de los aspectos de la conducta humana que más han llamado la atención desde el inicio de los tiempos, refiriéndose a nuestra especie con frecuencia como un «animal sugestionable» (Sidis 1898).

Como controlar esta sugestión característica de la especie humana, ha sido siempre objeto de estudio prioritario en todas las disciplinas, especialmente aquellas que servían a los poderes fácticos, con objeto de proveer sistemas de control y manipulación.

Prácticamente no existe dictadura ni dictador en la historia de la humanidad que no contase con asesores en este sentido, y no pusiere en marcha cuantos procedimientos eran conocidos para sugestionar y condicionar a la población. Desde la simbología del endogrupo, hasta el empleo de colores, modos lingüísticos, y en la época más moderna, introducir fotogramas en segmentos de un película que la vista apenas puede percibir, son solo una pequeña parte de las metodologías que se emplearon con mayor o menor exito.

Naturalmente la psicología no es una excepción a esta norma, empleando una basta cantidad de recursos al estudio de la sugestión y su áreas de aplicación (Bernheim 1886, Hull 1933, James 1890, Wundt 1892, Binet 1900, Barber 1926).

La sugestión, la persuasión, la obediencia, la imitación y la influencia social han sido una preocupación prioritaria de quien ostenta el poder, y como es lógico no desea perderlo, pero no sólo de las ciencias, también las artes mostraron un gran interés por la sugestión.

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De hecho la prestidigitación o espectáculos de magia se basan casi exclusivamente en ello, incluso la pintura artística, generando casi una obsesión en los pintores durante décadas, en cómo conseguir una sugestión de tres dimensiones sobre un lienzo que sólo posee dos, hasta que finalmente consiguieron desarrollar unas técnicas capaces de engañar completamente a la visión ocular.

Nadie o casi nadie en los sectores profesionales, artísticos, mandatarios y religiosos escaparon a su interés por la sugestión, como una posible arma de control de masas. En este último campo, son las sectas religiosas quienes llevaron la sugestión y la sugestionabilidad de las personas hasta el límite, consiguiendo en algunos casos sesgar sus propias vidas.

Esto se debe a que durante décadas, la sugestión y la sugestionabilidad se han asociado siempre con características como la «debilidad mental«, «debilidad de la personalidad» o «personalidades fácilmente influenciables«, una idea difícil de ignorar por las ciencias, las artes y el poder fáctico. En el ámbito de la psicología, Gheorghiu, Netter, Eysenck y Rosenthal (1989) observaron este desmedido interés por la sugestión y comenzaron a escribir sobre ello.

La hipnosis y la sugestión

La hipnosis es sin duda el campo donde más se ha estudiado la sugestión y la sugestionabilidad con diferencia notable respecto a cualquier otra psicoterapia.

Si usted es una persona ilustrada respecto a la hipnosis, estamos seguros que en más de una ocasión se habrá preguntado ¿Porqué tanto derroche de investigación respecto a la hipnosis?, siendo como es un modelo de psicoterapia muy minoritario en su utilización.

Pocas psicoterapias pueden presumir de haber tenido un laboratorio adjunto a una universidad exclusivamente para ella, sin embargo la hipnosis lo ha tenido desde el principio con Nicholas Spanos y su laboratorio de hipnosis experimental adjunto a la Universidad de Carleton.

¿Porqué?, la respuesta es simple, porque muchos autores relevantes de la psicología consideraban la hipnosis como una herramienta donde la sugestionabilidad se ve considerablemente aumentada (Hilgard 1965, Wolberg 1982, Weitzenhoffer 1989), y consecuentemente, una mejor comprensión de los fundamentos de la hipnosis suponía sin duda un mayor conocimiento de la sugestión (Weitzenhoffer 1980 y 1985), por lo que no se reparó en gastos.

Por poner un ejemplo simple, Nicholas Spanos y su equipo estuvieron al frente del laboratorio prácticamente toda su carrera profesional. Traducido a costes, supone el equivalente a la investigación de una pandemia, y el fin justificaba los medios, todo parecía indicar que la hipnosis podría proporcionar un mecanismo mediante el cual aplicar una sugestión de control sobre las personas, quien sabe si sobre las masas.

La experiencia de Spanos no era ni mucho menos nueva, la tradición de fuerte investigación en este área ya proviene de Charcot, quien disponía en la Salpêtrière de una sala entera, oficialmente para el estudio de la histeria, extra-oficialmente para el estudio de la sugestión y la sugestionabilidad, y tras él Janet junto con Ribot (1839, 1916) y Binet (1857, 1911) trataron de descubrir, ya de una forma estrictamente empírica los mecanismos de la hipnosis que nadie dudaba les conducirían a un eficiente control de la sugestión.

Sin duda muchos de ustedes se preguntarán ¿Pero, porque precisamente la hipnosis y no cualquier otra psicoterapia?.

La respuesta también es simple. Ninguna otra psicoterapia había demostrado científicamente una capacidad de sugestión comparable a la hipnosis, por lo que su experimentación era más que interesante para muchos sectores.

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Debe recordarse que ya en esta época la hipnosis contaba con antecedentes únicos, como su empleo en medicina para la sedación quirúrgica, cuando el cloroformo no estaba todavía disponible para los cirujanos, como bien se encargaron de demostrar médicos tan relevantes en este campo como ElliotsonBraid, o Esdaile. Por tanto, sin duda la hipnosis parecía la herramienta más apropiada para obtener un pleno control sobre la sugestión de las personas.

El auge de las creencias irracionales relacionadas con la hipnosis

Esta creencia arraigada se demuestra en hechos tales como que las dos únicas obras publicadas en la época sobre sugestionabilidad y sugestión, (Suggestion and Suggestibility: Theory and Research. Gheorghiu, Netter, Eysenck y Rosenthal, 1989 y Human Suggestibility: Advances in Theory, Research, and Application. Schumaker, 1991), el porcentaje de capítulos dedicados a la hipnosis es superior al 50% (16 de 30 capítulos).

De hecho, la potencia que la hipnosis parecía poseer en el control de la sugestión le llevó a establecer una serie de mitos sociales muy imaginativos, como que mediante la hipnosis se podía someter la voluntad de las personas. Es necesario conocer estos pormenores para entender porqué la hipnosis fue siempre una privilegiada a la hora de obtener grandes subvenciones en investigación, hasta caer en cierta desgracia gracias a Sigmund Freud y su hipnosis catártica de abreacción heredada de Breuer.

En cuanto a la investigación científica de la hipnosis propiamente dicha, se mostró una cierta «obsesión» durante todo el siglo XX, por obtener parámetros, escalas o medidas que condujeran a la ciencia a obtener unos protocolos fiables en el control de la sugestión, para su uso dentro y fuera de ella (a buen entendedor, pocas palabras bastan).

De esta forma, buena parte de la investigación se dirigió a esta meta, razón por la cual las escalas de susceptibilidad hipnótica se recibieron con bombo y platillo (Weitzenhoffer y Hilgard 1959 y 1962), Harvard Group Scale of Hypnotic Susceptibility -HGSHS: A (Shor y Orne 1962), Carleton University Responsiveness to Suggestion Scale- CURSS (Spanos et al. 1983) y la Waterloo-Stanford Group C – WSGC – Scale of Hypnotic Susceptibility (Bowers 1993), que pretendían (y consiguieron) unos protocolos de hipnosis de aplicación, que suponían una administración más eficiente de diversas sugestiones específicas, como eran la catalepsia, el descenso del brazo, la alucinación táctil, la amnesia post-hipnótica, etc), pero lo que en realidad perseguían la administración protocolizada de cualquier tipo de sugestión (fuera esta la que fuese. Hammond 1990).

Esta «obsesión» trajo consecuencias como establecer unos criterios clínicos (totalmente equivocados) con objeto de determinar si un sujeto se encuentraba en un estado «ligero, medio, profundo o sonambúlico de trance hipnótico» basados en pruebas de «profundidad hipnótica» que se inoculaban mediante sugestión (ver Miguel Toval y González Ordi, 1993), con autores como Fellows (1986), que llegaban afirmar de forma rotunda que la sugestión constituía el proceso mediador del comportamiento hipnótico. Lo que en realidad pretendían los poderes fácticos era la elaboración de una serie de guiones (o scripts) que pudieran ser medidos mediante estas escalas, a efectos de generar unos discursos públicos, con una capacidad medida y contrastada de sugestión hacia el público espectador, algo que naturalmente nunca se pudo corroborar.

Absolutamente todos los eruditos y profesionales relacionados con la hipnosis, cedieron ante estas presiones (poderoso caballero es don dinero), saliendo a la luz las escalas antes señaladas, y conduciendo a los hipnólogos a través de sus asociaciones profesionales a utilizar estos guiones de forma masiva. Si alguna vez usted se había preguntado porqué la hipnosis ha poseído siempre tantas asociaciones, alguna de ellas en forma de divisiones de asociaciones naciones de psicología, como es el caso de la división 30 de la A.P.A., ya conoce la respuesta.

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Preguntas frecuentes sobre la sugestión

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Referencias

  • Bowers K.S. Imagination and dissociation in hypnotic responding. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 40 253-275 (1992).
  • Crawford H.J. Brain dynamics and hypnosis: Attentional and disattentional processes. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 42 204-232 (1994).
  • Crowne D.P. y Marlowe D.A. A new scale of social desirability independent of psychopathology. Journal of Consulting Psychology 24 349-354 (1960).
  • Gheorghiu V.A., Hodapp V. y Ludwig C.M. Attempt to construct a scale for the measurement of the effect of suggestion on perception. Educational Psychology Measurement 35 341-352 (1975).
  • González Ordi H. Sugestión, sugestionabilidad y ansiedad: investigación e implicaciones clínicas. Ansiedad y Estrés. Monografía sobre Psicología, Medicina y Salud 135-145 (1994).
  • González Ordi H. Escala de Sugestionabilidad de Barber: traducción y adaptación al castellano. Versión experimental no publicada. Facultad de Psicología, Universidad Complutense de Madrid (1987).
  • González Ordi H., y Miguel Tobal J.J. Anxiety, suggestibility and social desirability: The development of a self-report instrument of suggestibility. Comunicación presentada en la 16th International Conference of the Stress and Anxiety Research Society (1995).
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