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Hipnosis directa

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La hipnosis directa llamada también conductista nace esencialmente en Norte América, bajo el auspicio e ideario del psicólogo estadounidense Clark Leonard Hull (Akron, 1884 – New Haven, 1952), que él mismo definió como un estudio moderno de la hipnosis en la primera década del siglo XX. En 1933 publica su obra principal «Hypnosis and Suggestibility» a los que dedicó más de diez años de investigación y que supuso un estudio riguroso de la hipnosis mediante el uso de un análisis estadístico y experimental.

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De donde viene la hipnosis directa

La importancia de Hull en esta etapa de la historia de la hipnosis resulta esencial, ya que su trabajo con la hipnosis directa corroboró definitivamente que la hipnosis y el sueño no tenían relación alguna, como era la idea predominante de la época.

Hull se mostró siempre muy beligerante con los hipnoterapeutas contemporáneos, a los que se refería como chamanes y charlatanes (algo que sigue vigente hoy día), y a los que echaba a puntapiés de sus clases. Dado que Hull representaba una corriente de la psicología claramente conductista, no era partidario de ningún tipo de metodología cognitiva, por lo que el modelo de hipnosis que se deriva de él, se ha caracterizado siempre por una filosofía estrictamente comportamental, que dejó para los anales de la historia de la hipnosis el concepto o expresión de «orden«, y «orden post-hipnótica«, que se siguieron utilizando hasta casi finales del siglo XX.

La teoría que caracteriza a Hull es que «los organismos sufren privación. La privación crea las necesidades, y estas necesidades activan las pulsiones. El comportamiento está dirigido a metas, y alcanzar metas tiene valor de supervivencia«. Igualmente Hull creó escuela o método con la hipnosis directa (término que prevalece sobre neo-conductista, ya que esta definición se aplicaría de forma más específica a sus teorías de la conducta).

Su característica más popular, que también dejaría registrada en la historia de la hipnosis, era mirar directamente a los ojos de la persona mientras inducía pesadez de párpados, y que repetía continuadamente hasta conseguir la respuesta esperada, momento que Hull definía como quedar inducido.

Este peculiar método fue imitado durante décadas por los ilusionistas de la hipnosis en espectáculos, y la imagen de la mirada fija y penetrante a los ojos, quedó asociada a la hipnosis, debido a su método, durante casi un siglo. Durante el siglo XX no era extraño encontrar carteles relacionados con la hipnosis donde se destacaban los ojos y la mirada penetrante de quien la practicaba. Hull es el origen inspirador de esta forma de presentar la hipnosis.

Hull y la hipnosis directa

Los experimentos de Hull evidenciaron y corroboraron la analgesia hipnótica y cómo se podía inducir una severa amnesia post-hipnótica, donde aún se aprecian sesgos de la hipnosis con abreacción de Breuer y Freud, aunque no sólo, puesto que Hull llegó a establecer una similitud entre su «drive» (pulsión) y la libido indiferenciada de Freud (Gondra 2002).

Sin embargo, haciendo honor a la estricta verdad histórica, lo cierto es que Hull no sentía vinculación alguna hacia Charcot y la escuela de la «Salpêtrière«, defendiendo ardientemente que la hipnosis no se debía a ningún estado alterado de la consciencia, sino que estaba relacionada con la sugestionabilidad.

Desde su visión estrictamente conductista, Hull se mostró siempre muy interesado en demostrar como su hipnosis directa podía generar mejoras en algunas habilidades motoras, físicas y sensoriales, mientras rechazaba que la conciencia fuese un fin de la psicología, manteniendo el postulado de que el objeto de toda psicología y de la hipnosis era describir, predecir y controlar la conducta.

De todo ello se desprende la gran influencia que Pavlov tenía en sus ideas, y de quien tomó los principios del condicionamiento, así como la «ley del efecto» de Thorndike. Esta pasión de Hull por una psicología predecible y controladora, se explica desde el aspecto en que era un mecánico convencido que admiraba mucho la maquinaria, y que se vio obligado a abandonar, debido a una poliomielitis que contrajo en su juventud, y que le impidió trabajar en las minas, ya que la formación inicial de Hull era precisamente esa, ingeniero de minas.

El ideario de Hull que ya reflejó en su tesis doctoral sobre el desarrollo de los conceptos en 1920, explica la abstracción generalizante con la teoría del aprendizaje Thorndike. Para Hull la abstracción conseguida durante la hipnosis, era un proceso de aprendizaje discriminativo y regulado por la ley del efecto (estímulo-respuesta), así como las demás leyes del aprendizaje animal.

De su ideario cabe destacar la «hipótesis de continuidad» donde indica que el aprendizaje es continuo y acumulativo, y que cada refuerzo fortalece este aprendizaje, aunque no se manifieste en un principio. El aprendizaje según Hull consistía en fortalecer, dentro de una categoría de hábitos, aquellos que son más débiles, reforzándolos y evitando extinguir los que son más probables. Hull entendía el aprendizaje, como un medio que les sirve a los organismos para adaptarse a sus ambientes con el fin de sobrevivir.

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Hipnosis directa y psicología conductista. La insignia de una época

Intentando resumir las teorías de Hull en un párrafo (cosa harto difícil), se podría decir que su concepto básico era el motivacional, que él denominaba «drive» o pulsión, en un sistema cuantitativo que se basaba en la teoría del reforzamiento estímulo-respuesta, y se fundamentaba en la idea de la «reducción del drive» como un mecanismo reforzador, así como en un grupo de «variables interventoras«.

En su aplicación a la hipnosis, estas variables interventoras incluían la hipótesis de nulidad, que publicó alrededor de los años 30. Sin embargo, a pesar de la relevancia en la época de sus teorías conductistas que aplicaba por igual en psicología y en hipnosis, injustamente se le cita sólo en la historia de la hipnosis por su aplicación de técnicas de correlación estadística con sus estadísticas de respuesta hipnótica, para determinar correlatos psicométricos en hipnosis.

Lo más controvertido de estas estadísticas de respuesta hipnótica, consistía en que los niños entre siete y ocho años de edad eran más fácilmente hipnotizables que en cualquier otra edad de la vida, y que las mujeres en general, eran más sugestionables que los hombres, así como que los adictos a las drogas eran por lo general más sugestionables que los no adictos.

También postulaba que las personas con cocientes de inteligencia más altos eran también más susceptibles a la hipnosis que los individuos de inteligencia menor (justamente lo contrario que Bernheim pensaba) y de esta forma, comenzó a configurar lo que un poco más tarde se denominaría como hipnosis directa.

La crisis de la hipnosis directa

El modelo, corriente o tipo de hipnosis denominado como hipnosis directa de Hull, comienza a entrar en crisis entre las décadas de los ´50 y ´60, principalmente debido a que sus postulados no eran inequívocos, ni independientes, pero sobre todo no eran empíricos en una buena parte de su discurso.

Sin embargo, no todo el modelo de hipnosis directa deja de utilizarse al mismo tiempo, ni se ha perdido tampoco la totalidad de este modelo. En contra de lo que pueda parecer, lo primero en desaparecer de este método fue el sistema de inducción, que las personas poco versadas en hipnosis suelen llamar «método de fijación de la mirada«, en lugar de hacerlo por su nombre real de hipnosis directa o en su defecto neo-conductista, o si se prefiere método de Hull.

Se documenta que raramente en los años ´70 ningún profesional clínico utilizaba ya la hipnosis directa, y era prácticamente exclusivo de los ilusionistas de hipnosis de espectáculo y «vendedores de humo«. Sin embargo, lo menos empírico de sus teorías, esto es, las estadísticas de respuesta y profundidad de la hipnosis, siguieron utilizándose hasta bien entrada la década de los ´90, cuando el conocimiento científico resolvió definitivamente que las escalas de susceptibilidad (no sólo sus estadísticas, sino también la escala de susceptibilidad hipnótica de Stanford de Hilgard y Weitzenhoffer) no se ajustaban al empirísmo, y que la sugestionabilidad estaba relacionada con otros factores diferentes, que poco o nada tenían que ver con estas mediciones neo-conductistas.

Igualmente se estableció de forma definitiva la falacia de la profundidad, quedando establecido el concepto claro de la focalización atencional episódicamente estrechada y disociada que produce la hipnosis, genuino de la atención humana. Entendido que no se trata de ningún estado de alteración de la consciencia, las mediciones de profundidad carecían de todo sentido.

Paralelamente al decaimiento de la hipnosis directa o conductista de Hull, todo el modelo de psicología conductista entró en crisis, acusados de atenerse con muy poco rigor a las reglas que ellos mismos habían creado. Paradójicamente la psicología conductista en general, es acusada de no ser suficientemente conductista, como concluyen Koch, MacCorquodale, Meehl, Muller, Schoenfeld y Verplanck en su famosa obra «Modern Learning Theory» en 1954.

Hull recibió la medalla «Warren» en 1945 de la «Society of Experimental Psychology» y en 1929 se mudó a «Yale» donde permaneció hasta su muerte. Su método de hipnosis directa le sobreviviría 30 años, y sus estadísticas de respuesta hipnótica casi 60.

No se conserva casi nada de los postulados de Hull y de la hipnosis directa en la actual hipnosis cognitivo conductual o clínica del siglo XXI, excepto posiblemente su obsesión por la medición, que ha permanecido latente en la personalidad de muchos psicólogos hasta nuestros días, con la sola diferencia de sustituir las estadísticas y test por la aparotología clínica de oxipulsimetría o mapeo cerebral, para la medición de potenciales evocados, sin duda algo con lo que Hull habría estado encantado, y la concesión de una supremacía a los reforzamientos.

Este punto, es sin duda una herencia inequívoca de Hull, llegándose en la actualidad a afirmaciones que en realidad él nunca se atrevió a hacer, como que cualquier psicoterapia que no cuente al menos con dos tipos de reforzador, no debe ser considerada una terapia.

La hipnosis directa o conductista (o en su defecto, método de Hull) fue derrotada por el conductismo proposicional de Edward C. Tolman, que tuvo un mayor éxito clínico a causa de la introducción de las primeras variables cognitivas, por lo que está en total desuso actualmente, y ningún psicólogo actual utiliza la terminología de hipnosis directa, ni su método en el siglo XXI, salvo claro está, los vendedores de humo como son los hipnoterapeutas.

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Preguntas frecuentes sobre la hipnosis directa

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Referencias

  • Hull C.L. Principles of Behavior. Nueva York: Appleton-Century-Crofts (1943).
  • Hull C.L. Idea Book 13, Original ideas on things in general, August 1931. The Clark L. Hull Papers, Manuscripts and Archives, Yale University Library (1931).
  • Hull C.L. Carta a S.A. Switzer, 27 de septiembre de 1934. Switzer Papers, Box M 96. Archives of the History of American Psychology. University of Akron (1934).
  • Hull C.L. Quantitative aspects of the evoiutiod of concepts. Psychological Monographs 28 nº 123 (1920).
  • Grodner B.S. y Reid D.B., Control de hábitos permanentes: Guía del profesional para el uso de hipnosis y otras estrategias de salud alternativas pp. 188 (2010).
  • Young P.C. Revisión de Hipnosis y sugestibilidad: un enfoque experimental. Boletín psicológico 31 3 211–215. doi : 10.1037 / h0066251 (1934).
  • Scriven M. Una descripción general de la teoría del refuerzo de estímulo-respuesta. Psicologia pp. 321–329 (1961).
  • Gondra J.M. La tesis doctoral de C. L. Hull sobre el desarrollo de 10 conceptos e influencias y relación con su obra ulterior. Revista de Historia de la Psicologia 10 321-334 (1989).
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