NO. Se corresponde sólo con el imaginario social que asocia la hipnosis a una pérdida de la voluntad por parte del individuo hipnotizado, gracias al hipnólogo, lo que imaginativamente supondría que de poder aplicarse sin que el sujeto se aperciba de ello, sería sinónimo de arrebatarle el control de su voluntad sin consentimiento alguno.
NO. La hipnosis es una estimulación de la focalización o estrechamiento atencional del individuo. Esta estimulación es posible debido a que es una capacidad esencial del cerebro en los humanos. Esta capacidad se estimula de forma espontánea cuando el cerebro entiende su necesidad, por ejemplo una tarea de riesgo, donde la supervivencia podría verse comprometida si no se le presta una atención plena. La atención focalizada en una determinada tarea, supone por definición, una abstracción selectiva, que es proporcionalmente mayor cuanto más compleja sea la tarea que focaliza su atención. Estimular este mecanismo de forma exógena y fulminante no es posible.
NO. Aunque con mucha frecuencia se utiliza la expresión hipnosis para definir otros procedimientos, la realidad práctica es que se trata de una expresión inapropiada. La relajación y la meditación no están guidas psicoterapéuticamente, y aunque suponen una introspección favorecedora ante el distés, y de posibles episodios de ansiedad derivados del mismo, raramente pueden resolver conductas patológicas complejas establecidas mediante aprendizaje, y que ejercen ya un condicionamiento instrumental sobre la conducta, mientras que la hipnosis sí está guida psicoterapéuticamente, pudiendo alcanzar estos objetivos, aunque su nombre real sería hipnoterapia.
NO. Es cierto que durante la etapa en que se utilizaban terapias de primera generación, y más específicamente hipnosis de abreacción o hipnosis regresiva empleados primero por Josef Breuer y después por su discípulo y amigo personal Sigmund Freud, pensaban que los recuerdos poseían una carga afectiva asociada, que denominaron «monto de afecto«, y que según ellos pensaban, daba lugar a la «histeria«, y cuya consecuencia era que una persona no afrontara correctamente sus experiencias de vida. En aquella época, Freud teorizó sobre el origen traumático de los trastornos de la conducta, y sobre la intensidad del «monto de afecto» que podría no disiparse, y permanecer ligado al recuerdo, afectando a la conducta en forma de histeria. A este período primigenio de la hipnosis se le denomina «período del método catártico«. De acuerdo a estas teorías predominantes a principios del siglo XX (totalmente equivocadas), se evitaba que la persona conservase recuerdos referentes al contenido de la sesión de hipnosis, con objeto de desasociar progresivamente el trauma originador del trastorno de su conducta. La realidad es que la abreacción como método de revivición como metodo de evocación del recuerdo no funcionaba como ellos pensaban, ni la catarsis disipaba ninguna asociación con el trauma que diera origen a la «histeria«.
NO. Como ya demostró Clark Hull en 1933 en su trabajo «hipnosis y sugestionabilidad«, la hipnosis y el sueño no tienen ningún tipo de relación ni parecido.
NO. El inconsciente es un viejo y obsoleto vocablo de la psicología, empleado por primera vez en 1750, cuando aún la psicología no estaba definida como tal, que hacía referencia a las corrientes de pensamiento «no conscientes» y que por tanto, no estaban sujetas a un control de la consciencia. Este vocablo y su teoría (hoy se sabe que equivocada) vivió su máximo esplendor con Sigmund Freud y la curación por la palabra o psicoanálisis que presentaba una confusión sistemática entre las razones y sus causas, posibilitando asociaciones libres e interpretaciones de relación causal con la conducta. La posterior etapa conductual de la psicología a principios del siglo XX, donde todo comportamiento se mesuraba mediante la observación, comenzó a desmontar la teoría Freudiana, pero fue en la posterior etapa cognitiva donde quedó completamente desmentido. El concepto sub-consciente es igualmente Freudiano, y Sigmund Freud lo acuñó posteriormente con otros vocablos como pre-consciente (todos ellos obsoletos), para abandonarlo poco después, aludiendo que inducía confusión. El término sub-consciente ha deja de utilizarse completamente a finales del siglo XX.
NO. Una parte de la población posee creencias irracionales respecto a los sueños, y piensa que estos reflejan deseos y verdades inconscientes, sin embargo, la evidencia científica indica que soñar sólo es una representación de nuestro cerebro para ordenar la información y las experiencias vividas en nuestra memoria. En lo que a la hipnosis se refiere, no es cierto en absoluto. La hipnosis no supone estado alguno, y aún menos de sueño.
NO. Y con diferencia es uno de los mitos más antiguos en lo que a la hipnosis se refiere, que más decepciones ha causado a quienes pensaron que esto podía darse. El mito proviene de las clases de los martes en la «École de la Salpétriére» en 1886, respecto a los ayudantes de Charcot a las históricamente conocidas como «histréricas de la Salpétriére«, que utilizaba en sus demostraciones de clase. Sus ayudantes, cuyo nombre no citaremos aunque son conocidos, intentaron aprovecharse de estas mujeres «histéricas» ingresadas en el hospital tras la sesión de hipnosis demostrativa de los martes, para intentar meter su mano bajo la falda. La respuesta fue brusca en muchos casos, y los ayudantes de Charcot recibieron importantes bofetadas por su intento.
SI. Algunos tipos de intervención como la hipnosis regresiva o de abreacción se consideran iatrógenicos (pueden causar daño a la salud mental) aparte de estar considerados como pseudo-ciencias. Usualmente este modelo de hipnosis suele estar atendido con personas sin conocimientos ni siquiera básicos en psico-terapia, o estafadores comunes.
NO. La hipnosis no es ningún estado ni «alterado» ni «distorsionado» de la consciencia, por tanto tiene nula influencia sobre la misma. Cualquier episodio que pudiera acarrear una pérdida de la consciencia, como accidentes cardio-vasculares, infartos, desvanecimientos … etc., son debidos a correlatos fisiológicos o neurológicos no estimulables mediante la hipnosis, y que acontecerían de igual forma aunque esta no hubiera existido. Los correlatos fisiológicos sobre los cuales la hipnosis tiene más capacidad corroborada de control, son los asociados al dolor.
NO. Y este es el mito que da lugar a un mayor número de engaños, debido a que una parte de la población cree que nuestro cerebro memoriza perfectamente las experiencias del pasado, en nuestros recuerdos. No es así en absoluto. La memoria humana no es reproductiva en absoluto, esto es, no reproduce lo vivido en la evocación del recuerdo, sino que actúa de forma reconstructiva, sobre un recuerdo siempre parcial que posee, y que complementamos con nuestra racionalidad, nuestras creencias irracionales y nuestras emociones, todo lo que le falta en el recuerdo, y que generalmente supone más de un 60%, puesto que la memoria humana no tiene capacidad para más. Por tanto en la experiencia vivida, elige sólo aquellos aspectos que considera como relevantes, y dignos de ser memorizados. De lo cual se deduce que si recompone más del 60% del recuerdo, generalmente detalles que no han sido memorizados por irrelevantes, y que no posee, su fiabilidad es muy pequeña. Esto se incrementa aún más si se condiciona a la memoria coercitivamente para que recuerde detalles que no ha memorizado, respondiendo siempre con un «falso recuerdo» como respuesta.
NO. Las personas más informadas acerca de la evidencia científica de la hipnosis, son precisamente quienes muestran menos rechazo y mayor confianza manifiestan en el hipnólogo. Quienes conocen acerca de las evidencias presentadas por Wundt (1882), William James (1902), Pavlov (1923), Hull (1933) y Eysenck (1960), entre otros importantes autores de innegable prestigio en la psicología clínica, muestran confianza y consentimiento informado pleno respecto a la hipnosis y su evidencia.
NO. Y es uno de los mitos más temidos por la población. Una parte de ella rechaza la hipnosis debido a su miedo irracional de no poder salir de ella nunca más, si se diera algún tipo de accidente o imprevisto. Es uno de los miedos sociales adquirido por la población en los últimos siglos de sedentarismo urbano, junto al miedo a ser enterrado vivo, o ser atacado por monstruos o fantasmas que habitan en la oscuridad (donde se percibe más indefenso puesto que no poseemos visión nocturna). La evidencia empírica indica la imposibilidad de que tal cosa pueda ocurrir, como publicó Sarbin y Coe en 1972, así como Spanos y Barber en 1976, y Hilgard en 1991 y Kirsch en 1993. Por el contrario, se presentó importante cantidad de evidencia, respecto de la vulnerabilidad que las personas poseen para desfocalizarse (y consecuentemente salir de la hipnosis, o de cualquier otro tipo de focalización de la atención), como demostraron Lynn, Hilgard y Sarbin.
NO. Las infecciones víricas no dependen de la psicología en forma alguna, por tanto una psicoterapia como la hipnosis clínica no puede resolver, ni mejorar ningún tipo de infección vírica, sin embargo puede ser un extraordinario coadyuvante al tratamiento retroviral en el afrontamiento de síndrome depresivo o de duelo como respuesta psicológica al trastorno. Vea más información sobre hipnosis y VIH.
SI. La hipnosis clínica como cualquier psicoterapia moldea los hábitos alimentarios de la persona, permitiendo así que reduzca la adiposidad acumulada. No obstante, la virtud más destacada de la hipnosis clínica es que una vez la persona moldea sus hábitos alimentarios, muy raramente vuelve a recuperar el peso anterior, evitando el efecto yo-yo de las dietas.